12 septiembre 2011

 

Kronenberg: "Doing well together” (y 2)



Terapeutas Ocupacionales Sin Fronteras se define a sí mismo como un movimiento. Movimiento que lejos de los circuitos institucionales está generando sinergias muy interesantes, que incluso plantean la emergencia de nuevos paradigmas. ¿Cómo crees que viven las grandes organizaciones y asociaciones de terapeutas ocupacionales la existencia de un movimiento "libre" que genera conocimiento al margen del circuito tradicional? y ¿Cómo consideras que deberían articularse unos y otros circuitos, si es que esto es posible?

En primer lugar, haciendo necesariamente justicia con los procesos históricos, en 2008 nuestros colegas estadounidenses Gelya Frank y Ruth Zemke identificaron y explicaron la “Terapia Ocupacional Sin Fronteras como un oportuno movimiento (social)”. Antes, nosotros nos habíamos referido principalmente a ello como una red internacional informal de terapeutas ocupacionales proactivos que libremente y de forma espontánea se conectaban y colaboraban a través de Internet (principalmente utilizando el correo electrónico, hoy en día también a través de facebook y Youtube).

Supongo que por “grandes organizaciones de Terapia Ocupacional” os referís a la WFOT, sus grupos regionales CLATO (América Latina), COTEC (Europa), OTARG África, Grupo OT Asia-Pacífico y a las asociaciones nacionales de terapeutas ocupacionales. Una respuesta a su primera pregunta tiene que hacerse sobre la base de reconocer el propósito/mandato principal de estas instituciones de profesionales; por ejemplo, representar y promover los intereses de sus miembros.

Estas entidades sociales sólo son relativamente autónomas en la determinación de su identidad colectiva y de sus acciones. Están ampliamente integradas a nivel local en estructuras mundiales que están impulsadas por la racionalidad política conservadora del neoliberalismo, que abarca el individualismo, el consumismo, el “libre” mercado, globalización, etc. Esto se operativiza a través de tecnologías -que abarcan formas de transmisión tanto discursivas como no-discursivas, así como las políticas, los medios de comunicación y los textos académicos, los programas financiados por el Estado, la promoción de productos de consumo y las actuaciones sobre uno mismo. Como afirma Rudman idealizando modos particulares de entender y actuar sobre el cuerpo, el pensamiento, la conducta y el alma. En otras palabras, el neoliberalismo promueve activamente la producción de  "subjetividades" particulares y, por lo tanto, "las ocupaciones" (incluyendo las prácticas "convencionales"  de Terapia Ocupacional) van a favor de sus intereses. En consecuencia, lo que la Terapia Ocupacional es (o a lo que se acerca) junto con  lo que la Terapia Ocupacional podría llegar a ser describe esencialmente un proceso político, es decir, una historia continua de conflictos y de cooperación entre las diferentes partes interesadas.

Para ilustrar esto, los "circuitos institucionales" a los que os referís, en un intento de avanzar en la consecución de los intereses de sus miembros (por ejemplo, "mejorar las condiciones de trabajo”) y para responder a "las instrucciones de sus conductores” (“bailar al ritmo de neoliberalismo"), parecen impulsar una dura agenda sobre la “Práctica-Basada en la Evidencia”, argumentando que la supervivencia de nuestra profesión depende de ello. En el otro extremo del continuo, el movimiento de los “Terapeutas Ocupacionales sin Fronteras” propone que la Terapia Ocupacional es esencialmente el conjunto de una "Practica-Basada en las Posibilidades", lo que genera la “Evidencia-Basada en la Práctica”, y complementa la "Práctica-Basada en la Evidencia".

Personalmente creo que nuestra principal preocupación debe ser convertirse en más relevantes y responder a las necesidades ocupacionales de nuestras sociedades. Esto requiere que nuestro punto de vista profesional sobre la salud deba ampliarse hacia otros términos como la promoción de la salud, incluyendo los determinantes sociales de salud. Imagino que asumir colectivamente este compromiso y esta inversión permitirá a nuestras prácticas no solo sobrevivir, sino en última instancia, también prosperar. Por lo tanto, los "circuitos institucionales” podrían considerar de manera más consciente construir y mantener colaboraciones estratégicas con los movimientos que surgen de las periferias de nuestras sociedades, lo que enlaza con Boaventura de Sousa Santos, llamando a generar  “epistemologías [y prácticas] del Sur”.

        
En esta misma línea, una de las ideas que propones es que la justicia ocupacional pueda traducirse en la práctica para que la Ocupación sirva para crear el “bien común juntos”  ("doing well together”). Esto parece muy en línea con lo que se propone desde otros movimientos sociales en contraposición al estado del capital y la dictadura de los mercados ¿Crees que la justicia ocupacional puede tener conexiones con el movimiento del 15M español? ¿Cómo explicarías una reacción ciudadana como la del 15M desde el punto de vista ocupacional?

Sí, estoy totalmente de acuerdo con vuestra interpretación relacionando el "doing well together” o el “hacer el bien común juntos” con el concepto de "justicia ocupacional” y creo que puede articularse sinérgicamente con las propuestas que han puesto de relieve los movimientos sociales contemporáneos. Resulta un ejercicio especialmente relevante y útil la aplicación de este objetivo al trabajo desarrollado por el movimiento 15M.

Si me lo permitís, me gustaría explicar las reacciones ciudadanas a través de otra lente profesional que emerge de los países del Sur y que postula la existencia de una "conciencia ocupacional". Dicho termino fue acuñado por Ramugondo en 2009 en un doctorado, e inspirado por la “conciencia política” de Frantz Fanon y la filosofía del Movimiento de Conciencia Negro (Biko). Se refiere a "una toma de conciencia continua acerca de la existencia de dinámicas hegemónicas, la apreciación del papel de las ocupaciones de la vida diaria, individuales y colectivas en la perpetuación de dichas prácticas hegemónicas, y una evaluación de sus consecuencias resultantes para el bienestar de individuos y el colectivo". “Conciencia ocupacional” parece un término apropiado y útil para analizar y explicar las reacciones ciudadanas a través de esta perspectiva, y de hecho podría ayudar a investigar y comprender mejor los “levantamientos” y nuestra contribución y posición con respecto a los mismos.


En nuestra experiencia Venezolana pudimos experimentar en primera persona el potencial transformador de los jóvenes terapeutas ocupacionales. A una escala mucho mayor los jóvenes del norte de África lideran procesos de cambio en busca de la conquista de sus derechos. Hoy que tan de moda está lanzar mensajes a los jóvenes... ¿qué le dirías a los nuevos terapeutas ocupacionales españoles?

No estoy convencido de que lo que hemos presenciado en Venezuela (y en el mismo sentido en el congreso de la WFOT en Chile 2010) refleje "el potencial transformador de los jóvenes terapeutas ocupacionales". No sé, parecía ser tal vez una rudimentaria expresión colectiva de descontento con ‘formas de vida demasiado individualistas’, una manifestación de la energía colectiva/de vibraciones positivas, la necesidad de experimentar un sentimiento de pertenencia, el deseo de contribuir a una causa común. Fue sin duda una lección de humildad poder alentar al compromiso con nuestros compañeros en Caracas.

Cuando los levantamientos del norte de África derrocaron con éxito al líder político tunecino Ben Ali y el presidente de Egipto Mubarak (Libia, por supuesto, representa otra historia), experimenté flashbacks de la euforia inicial vivida cuando el muro de Berlín cayó en 1989. Aunque significativos, estos eventos son meros acontecimientos en el tiempo; marcan el final de una época en particular y el comienzo de un tiempo nuevo. La historia humana parece ser un espacio socio-político en constante construcción. En la medida en la que todos nos podemos ver a nosotros mismos como co-autores a través de lo que hacemos a diario, individual y colectivamente, parece influir el bienestar de nuestro “aldea global” en su conjunto.

Esto parece requerir la necesidad de que tomemos mayor conciencia de nosotros mismos, de lo que somos como seres humanos y de en qué medida lo que hacemos todos los días en realidad reafirma tanto nuestra humanidad como la de los otros. Tenemos, además, que ser mucho más considerados en el trato y la interacción con nuestro hábitat planetario.


Desde hace un tiempo incides en la existencia de múltiples terapias ocupacionales, en la riqueza de la diversidad y en la necesidad de nutrirse de la sabiduría local para resignificar la Terapia Ocupacional en cada contexto. En este sentido hablas de la ética de Ubuntu como algo característico a tener en cuenta en el contexto Sudafricano. ¿Qué es Ubuntu? y ¿crees que existe algo de Ubuntu que pueda ser "exportable" y enriquecedor para otras formas de hacer Terapia Ocupacional en otros contextos?

Sí, tiene sentido que el reconocimiento de la “riqueza de las diversidades locales” que se manifiestan en nuestro mundo implique que no sólo pueda existir un  monocultivo (una ‘singularidad’) de la terapia ocupacional, sino más bien, como sugerimos: “una ecología (una ‘pluralidad’) de prácticas basadas en la ocupación”. Es un hecho histórico sabido que la profesión desde su nacimiento, hace casi un siglo, se ha desarrollado y exportado desde las sociedades del Norte y el Oeste (Estados Unidos, Inglaterra), pero esto no quiere decir que, en términos generales, las interpretaciones alternativas de crecimiento local no deban y puedan producirse.

Por ejemplo, mientras que la Terapia Ocupacional como la conocemos, se dice que está basada en los ideales del humanismo, tal vez la identidad de los terapeutas ocupacionales africanos podrían guiarse por la ética africana de Ubuntu. Nuestra comprensión preferida sobre Ubuntu fue adquirida a través de Van Marle y Cornell que se aproximaron al concepto como una construcción en evolución, que requiere constantes respuestas a la realidad actual: Ubuntu en un sentido profundo, implica una ética interactiva, o una orientación óntica en la que “el quién” y “el cómo” podemos ser los seres humanos se construye siempre en interacción con los demás. Esta ética no es entonces una forma simple de comunalismo o de comunitarismo, si se quiere explicar con esos términos la prevalencia de la comunidad sobre el individuo. Lo que está en juego aquí es el proceso de construcción del ser humano, o cómo a uno se le da la oportunidad de convertirse en un ser humano en el sentido absoluto del término. La comunidad no es algo “fuera”, una entidad estática que se encuentra en contraposición a las personas. La comunidad es sólo como es la existencia continua de aquellos que la componen, una frase que usamos deliberadamente. La comunidad, entonces, siempre se forma a través de una ética de estar con otros, y esta ética es a su vez evaluada por la forma en que faculta a las personas. En un proceso dinámico la persona y la comunidad siempre están en el transcurso de llegar a ser. Los individuos se individualizan a través de su compromiso con los demás, y su habilidad para vivir de acuerdo con sus capacidades se encuentra en el corazón de cómo las interacciones éticas son juzgadas.

¿Qué les parece? ¿Tiene todo esto resonancias con sus interpretaciones y experiencias sobre la salud y el bienestar? ¿Saben de otras perspectivas locales y conceptos (en idiomas distintos del inglés), que valga la pena explorar para producir discursos y prácticas que pueden permitir una mayor "conectividad" con la diversidad de nuestro mundo?

Una entrevista realizada y traducida por Daniel Emeric y Pablo A. Cantero


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