05 septiembre 2010
Adiós a Gary Kielhofner
Muerte, no seas orgullosa, aunque algunos te llamen
poderosa y terrible, porque no lo eres,
pues aquellos que crees haber aniquilado
no mueren, ¡pobre muerte!, ni a mí puedes matarme.
Del descanso y del sueño, que son sólo tu imagen,
viene placer, y luego de ti más vendrá aún:
los mejores se marchan cuanto antes contigo,
descanso de sus huesos, libertad de sus almas.
Del hado eres esclava, del Azar, reyes y locos,
y habitas en veneno, guerra y enfermedad;
opio y hechizos pueden igual adormecernos,
y aún mejor que tu golpe. ¿Por qué entonces tu orgullo?
Después de un breve sueño despertamos eternos,
Y ya no habrá más muerte: muerte, tú morirás.
John Donne (1575-1631)
El pasado jueves, día 2 de septiembre, fallecía Gary Kielhofner. Tenía 61 años. No por esperada resulta menos impactante y desasosegante su muerte. Si recordar es volver a pasar por el corazón, estamos seguros que muchos terapeutas ocupacionales han tenido estos días a este gran hombre en cada uno de sus corazones. Nosotros, desde esta modesta casita virtual, queremos hacer memoria de sus aportaciones para la Terapia Ocupacional.
El afán “explorador” de Kielhofner le llevo a vincularse desde muy pronto con Mary Reilly, la abanderada del cambio y de la recuperación del paradigma inicial de la profesión. Fruto de su trabajo, de sus profundas reflexiones sobre el sentido de la ocupación, y tras un ingente esfuerzo compartido con Burke, la American Journal of Occupational Therapy, la revista que edita de manera bimensual la American Occupational Therapy Association (AOTA), publicaba cuatro artículos que a la postre se convertirían en un documento fundacional de un modo de entender, de construir y de hacer terapia ocupacional. Era 1980. El Modelo de la Ocupación Humana veía la luz. Y frente a los numerosos modelos y propuestas teóricas que han ido apareciendo en estas tres últimas décadas con escasa (o nula) implantación entre nuestro colectivo, el MOHO venía para quedarse, para hacerse presente con una fuerza inusitada. Es más, no es posible entender hoy la profesión sin las aportaciones teóricas y tecnológicas desarrolladas bajo el amplio paraguas de este modelo. Por que la apuesta de Gary Kielhofener no sólo se quedó en el desarrollo de acertadas teorías acerca de la relación del ser humano con la ocupación, algo que ya de por sí hubiese sido de enorme relevancia, tan faltos como estamos de conceptualizaciones que procedan de nuestra propia casa, su afán estuvo siempre en vincular teoría y práctica, en un ejercicio constante y sumamente enriquecedor mediante el cual la praxis proporcionaba un sólido cuerpo de conocimiento para la investigación que a su ver retroalimentaba las intervenciones de los terapeutas ocupacionales en casi todo el mundo a través de las numerosas publicaciones que han sido ampliamente traducidas (desde el español al mandarín) y difundidas.
La comunidad internacional de la terapia ocupacional hoy está de luto, hoy llora la marcha de un maestro, de un hombre que fue capaz de dinaminizar como pocos esta extraña profesión. Las derivas sociales de la actual coyuntura mundial necesitan de hombres como él. ¿Quién lo va a reemplazar? ¿Quién va a recoger su testigo? ¿Quienes se van a convertir en los cuidadores de su formidable legado?
Pablo A. Cantero Garlito // Presidente de COPTOEX
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